Septiembre / Octubre 2014
Queridas y Queridos: Aquí estamos… en nuestras ocupaciones después de un breve periodo de reposo… Naturalmente espero que todos hayáis tenido la posibilidad de descansar o al menos de reemprender los compromisos usuales con más calma ¡y así también con más gusto!
En estos días en nuestras Uniones se organizan y programan las actividades que después se desarrollarán durante el próximo año asociativo…
Fuerza, chicos y chicas de todas las edades, vamos a la sede local de Asociación para decir que también estamos nosotros y que estamos dispuestos a ofrecer nuestra contribución, aunque pequeña, para las iniciativas futuras. En caso de que ya supiésemos que no podremos coger un encargo específico, ofrezcamos nuestra ayuda colaborando con la oración, ¡para sostener la vida de nuestra Unión!.
La Asociación en el mundo está viva y rica de valores carismáticos propios de la espiritualidad salesiana y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de promoverlos a partir de nuestras familias, en los lugares donde vivimos y operamos, porque nosotros somos laicos ocupados que intentan vivir en la Familia Salesiana, en la Iglesia y en la sociedad como buenos cristianos y honestos ciudadanos con un estilo particular y reconocible que es aquél mornesino. No debemos desanimarnos si en las Uniones algunas veces sentimos la fatiga de salir adelante, por una serie de motivos que a menudo emergen en nuestros encuentros: no se asocian los jóvenes, muchas de nuestras asociadas tienen avanzada edad y a veces no siempre pueden participar, y es difícil recoger las renovaciones de las cuotas asociativas y más.
Singularmente, en nuestros territorios, podemos testimoniar aquello que somos, aquello en lo que creemos y estoy segura que lograremos hacer mucho bien, pero unidos, en nuestra Asociación, podemos ser verdaderamente una fuerza propulsiva y contribuir al cambio que todos querríamos, ¡donde el Reino de Dios se pueda tocar con una mano y reconocer en el amor que implica y une a cada uno de los miembros de nuestra Asociación sin confines que abraza el mundo entero!
Y ahora me permito preguntaros:
¿Sentís verdaderamente pertenencia a esta Asociación mundial, grupo de la Familia Salesiana que se compromete todavía hoy, a intervenir con “Las manos en el mundo y las raíces en el corazón” donde las necesidades son mayores, para ser una presencia activa en la sociedad en la que vivimos?
Me parece escuchar el eco de vuestros sììììììì y por esto os invito con todo el corazón a promover nuestra Asociación:
- empeñándonos a testimoniar en el mundo el Evangelio con el ejemplo, proponiendo la idea de la santidad como alto grado de vida cristiana ordinaria;
- intensificando la formación personal y asociativa para ser adultos creíbles y responsables;
- poniéndonos a disposición de las comunidades de las Hijas de María Auxiliadora, allí donde se tiene la fortuna de tenerles todavía, para trabajar con ellas en corresponsabilidad en la misión;
- sosteniendo nuestras Uniones iniciativas que apoyen a las familias y los jóvenes;
- respondiendo con un gesto que concretice vuestro sentiros parte vital de la Asociación, volcando la cuota asociativa, no considerándola una obligación, sino como nuestro “somos” en una pertenencia que nos concierne cercanamente.
No pensamos que sea solamente un sostén para nuestro periódico UNIÓN, sino un modo de decir: yo también estoy como pequeña piedra de una construcción que camino con los tiempos.
Estoy segura de que vosotros como yo, amáis profundamente nuestra Asociación y con toda la pasión y la energía que el Señor querrá concedernos, comprometámonos para que cada uno de nosotros pueda decir orgullosamente y en voz alta: soy Exalumna/o de las Hijas de María Auxiliadora y formo parte de una Confederación mundial viva y activa en todo el mundo.
Un abrazo a cada uno de vosotros con profundo afecto.
Paola Staiano